La naturaleza es un tesoro invaluable que ofrece belleza, aire fresco, agua cristalina, flora y fauna variada. En el turismo, la naturaleza es un destino imprescindible que permite desconectar del estrés de la ciudad y conectarse con ella a través de actividades de ocio y aventura.
Además, amar la naturaleza implica respetarla y protegerla, fomentando así un turismo sostenible y responsable que busca preservar los ecosistemas y reducir el impacto ambiental. En resumen, amar la naturaleza es fundamental para el desarrollo humano, tanto a nivel individual como colectivo.